10 años para cambiar de mundo
Al comienzo de la aventura: una vuelta al mundo, bicicletas, cámaras, grupos de Facebook. Nuestro pitch cabe en un post-it: makesense otorga visibilidad a las innovaciones sociales y solidarias de norte a sur, conecta ciudadanos y emprendedores, y los ayuda a superar desafíos; makesense crea una comunidad mundial en torno a la persona. Estamos en 2010 y tenemos la firme convicción de que el emprendimiento social puede salvar el mundo. Somos jóvenes, todo es novedoso, alentador, la temperatura media del planeta está todavía por debajo de los 2 °C.
Durante estos 10 primeros años, nuestras actividades giran alrededor de dos puntos centrales: el emprendimiento social y la comunidad, ambos elaborados con nuestras propias herramientas basadas en la inteligencia colectiva, la colaboración y la alegría. Los ciudadanos prestan ayuda a emprendedores, inventamos itinerarios de acompañamiento para profesionales, desarrollamos incubadoras, creamos un fondo de inversión, conectamos a grandes empresas con emprendedores sociales, ONG… Si analizamos las cifras, no hay nada de lo que avergonzarnos. En 10 años, hemos permitido que 200 000 ciudadanas y ciudadanos actúen sobre aquellos retos concretos que les conciernen, hemos acelerado los proyectos de 8 000 emprendedores y emprendedoras y empresas emergentes con impacto, y hemos acompañado a 10 000 colaboradoras y colaboradores de empresas y organizaciones para que se comprometan aún más.
Pero ¿hemos conseguido cambiar el sistema? Nuestra utopía inicial ha hecho que nos planteemos un cierto número de cuestiones:
- El compromiso de la ciudadanía que se dispersa entre miles de personas no es suficiente para cambiar una sociedad estancada en la carrera por alcanzar el rendimiento económico.
¿Cómo federar la energía, cambiar los modos de actuación y organizar la movilización para lograr un verdadero punto de inflexión? - El emprendimiento social no actúa en pie de igualdad con los grandes actores económicos. En algunos países, la condición de emprendedor o emprendedora social ni siquiera existe.
¿Cómo podemos equiparnos para jugar en primera división? - En ocasiones, la innovación social da a entender que hay una solución para todos los problemas y que el «progreso» podrá salvarlo todo.
¿Cómo podemos llegar más lejos con menos y aprender a adaptarnos a las crisis que se avecinan?
Y aquí estamos, en 2020. El clima está descontrolado, las desigualdades se agudizan, los recursos naturales se agotan, las crisis se encadenan, la COVID-19 contagia. Los próximos 10 años serán cruciales para transformar a fondo nuestros modelos de producción, de trabajo, de consumo y de vida en comunidad.
El tiempo apremia, pero no nos desmoralizamos. Somos unos optimistas incansables, trabajamos por un mundo inclusivo y sostenible, y, sin ingenuidad alguna, creemos que sí está a nuestro alcance. Para conseguirlo, pretendemos dedicar estos próximos 10 años a…
(re)Empoderar
Desde siempre hemos tenido la profunda convicción de que cada persona es apta y digna si se le concede el tiempo necesario para que aprenda, para que tome sabias decisiones en aras del bien común.
Gracias a nuestra fábrica de movilización ciudadana vamos a inspirar, a proveer habilidades y competencias, y a capacitar para que año tras año cientos de miles de personas pasen a la acción hasta que, en 2030, consigamos movilizar al 10 % de la juventud.
Construir la resiliencia
El hecho de depender de grandes estructuras centralizadas hace que seamos vulnerables a los choques sistémicos de envergadura. Por el contrario, entretejer vínculos horizontales de interdependencia entre todos los actores sociales no solo nos permite afrontar las crisis, sino también encontrar soluciones más sostenibles y adaptadas a tales situaciones.
Durante los próximos 10 años, en el campus de makesense vamos a capacitar a miles de profesionales con nuestras herramientas y saber hacer para crear comunidades y acompañar a quienes lideran las soluciones.
Movilizar masivamente
Las acciones individuales son insuficientes, pero cuando estas se duplican a mansalva y se plantean colectivamente consiguen transformar la sociedad.
Concentrémonos 10 veces más en nuestro esfuerzo colectivo gracias a las coaliciones temáticas llevadas a cabo con el mayor número posible de colaboraciones: ONG, entes públicos, empresas privadas, emprendedoras y emprendedores…
Hagamos que cada persona comprometida movilice a 10 personas para que estas últimas, a su vez, movilicen a otras 10.
Cultivar la imaginación
Esto nos parece esencial: tenemos que cultivar la imaginación y la alegría para no estancarnos en el presente, para deshacernos del estupor y activarnos, para crear otras alternativas posibles.
Vamos a conservar y a robustecer nuestro planteamiento positivo y lúdico, y a multiplicar nuevos relatos con el apoyo de artistas, escritoras y escritores, pensadoras y pensadores…
Vamos a experimentar durante 10 años la transición dentro de nuestra propia organización y a demostrar que esta nos hace felices y libres.
Tenemos 10 años por delante para preparar al mundo a cambiar el mundo. ¡Estamos listos!