Bienvenida a nuestro mundo de activistas optimistas
Sin nuestros increíbles voluntario no seríamos tan fuertes. También debemos esta formidable energía a todas aquellas personas que trabajan a diario en makesense, a tiempo completo: nuestros fulltimers.


Notre gouvernance
¡Quien toma la buena decisión!
Hay una frase que nunca escucharás en makesense: «tengo que consultarlo con mi superior». Aquí, no hay jefes ni jerarquías. Desde nuestros inicios, hemos ido explorando fórmulas de organización ideal, pero fue en el verano de 2018 cuando makesense consiguió implantar su propio modelo de organización avalado por el 100 % de nuestra plantilla. Para construir dicho modelo nos basamos en las tesis de la empresa liberada, de Frédéric Laloux y de la comunicación no violenta. Los principios fundamentales son:
Es, sin lugar a duda, el requisito previo para toda organización liberada: confiar en sus colaboradoras y colaboradores, y concederles la posibilidad de equivocarse (bueno, tampoco cada 5 minutos). En makesense, el error es parte del aprendizaje.
Nuestra misión exige agilidad y creatividad; ¡ni hablar de ponerle trabas a nadie! Animamos a todas las personas a que se expresen, a que aprecien sus diferencias. El lema «Ven como eres» bien pudiera haber sido el nuestro si no se hubiera convertido en el eslogan de un restaurante de comida rápida.
Pedir consejo es un pilar esencial en nuestra organización y consiste en que el poder de decisión recaiga en la persona más involucrada en el tema. A través de un proceso bien engranado, dicha persona consulta a todas aquellas que se vean afectadas por la decisión y a todas las expertas en la materia. Así, se decide con conocimiento de causa y con confianza.
Nuestro equipo no está formado por los Ositos Cariñositos ni siempre es todo de color rosa; por ello, para apaciguar los conflictos, incentivamos la crítica constructiva. Cuando las cosas no van bien, lo expresamos utilizando los códigos de la comunicación no violenta. Incluso, cuando el diálogo se vuelve más difícil, recurrimos a un equipo de mediadores y mediadoras.
¡Se acabaron las charlas en los pasillos sobre el salario del gran jefe (qué aquí no existe)! Nuestro modelo salarial es transparente y permite que cada persona, según su experiencia, antigüedad y papel en la organización, fije su propia remuneración. Esta se revisa anualmente en los comités de desarrollo, una especie de diálogo anual entre colegas.
Este proceso que emana de la sociocracia permite designar colectivamente a la persona sobre la que recaerá una determinada responsabilidad, un puesto o una función, pero sin candidatura previa. Así nombramos a las y los integrantes de la waterline, nuestro consejo de mujeres y hombres sabios, un órgano interno al que se consulta cuando una decisión puede poner en peligro las finanzas o la imagen de la asociación.
A menudo, todo este sistema y todos estos procesos se ponen a prueba en la realidad, y los revisamos, reajustamos y desafiamos. Nuestra organización liberada está siempre viva.
Nuestro equipo































































































